En esta Semana Santa, recordamos el sacrificio de nuestro Señor Jesucristo. Como dice la Biblia en el libro de Romanos 6:23: «Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro».
La desobediencia de Adán y Eva en el paraíso del Edén, tuvo consecuencias de muerte a causa del pecado, aunque no murieron inmediatamente, lo hicieron a través de los años. Cristo tomó nuestro lugar para pagar por nuestros pecados y poder darnos acceso nuevamente a la vida eterna. Dios dio a su propio hijo para salvarnos; a nosotros nos queda decidir
si recibir la salvación y seguir los pasos de Jesucristo o rechazar ese hermoso regalo y dar un paso al lado para perdernos de todo lo que él fue a preparar para nosotros en el cielo